Notas al programa: El Arte de la Transcripción

Antes del siglo XX, la música sólo podía ser disfrutada en el momento justo de su interpretación ya que no existían medios sonoros de reproducción. Debido a esto, la posibilidad de escuchar gran cantidad de obras era reducida, sobre todo de música para grandes conjuntos instrumentales.

Es por ello que desde el siglo XVI al XIX han existido siempre transcripciones de todo tipo tanto para músicos aficionados como para especialistas. Sin este arte de la transcripción, gran cantidad de música no habría sido conocida durante estos siglos.

En el Renacimiento y el Barroco, la adaptación de música vocal a la vihuela, el laúd, etc., además de un ejercicio pedagógico, supuso un enriquecimiento musical enorme, ya que permitió explorar unos terrenos poco transitados por los compositores vocales de la época.

Ya en en los siglos XVIII y XIX, las transcripciones para piano, guitarra o pequeños grupos de cuerda y viento, desempeñaron una función similar a la de las grabaciones en los siglos XX y XXI. Sirvieron para difundir por multitud de hogares de pequeñas ciudades repertorios difíciles de escuchar en versión original, dado que necesitaban de montajes complicados con la participación de muchos músicos.

Por todas estas razones guitarristas como Giuliani, Carulli, Bornhardt o muchos otros, realizaron transcripciones de multitud de piezas del momento para que pudieran ser interpretadas, y escuchadas por las personas sin acceso a los grandes eventos.